sábado, 15 de febrero de 2014

Una “hermana” de Lorca en Japón.


Akiko Yosano, nacida en 1878 y fallecida en 1942, una mujer que tuvo once hijos, decidió abandonar el papel social de sumisión al varón, discriminación educativa y ausencia de derechos civiles que se asignaba a su género y lideró la aparición de una mujer nueva en Japón. Y, además, como escritora revolucionó la poesía japonesa con una intensidad, descaro y frescura admirables: …Yo estaba rodeada por el conservadurismo, la hipocresía, la corrupción, la ignorancia, la vulgaridad y la atmósfera de mi región y de mi familia, y odiaba todo eso…De pronto, un día, se abrió ante mí el mundo luminoso del arte y del amor y me puse a danzar…” Ese impulso de cambio y de alegría se concretó en 1901 con un libro de poesías eróticas, lleno de pasión y alegría vital titulado “Pelo revuelto”. El título es un símbolo de la pasión amorosa. En el libro predominaban formas clásicas de la poesía japonesa, los tankas (poemas de cinco versos de 31 sílabas).
Además de estas formas tradicionales para expresar con extraordinaria libertad la pasión amorosa, Akiko expresó su rebeldía en otros poemas que tienen como tema la condición de la mujer (El día en que se muevan las montañas)  y la protesta contra la guerra (¡No debes morir!)

A)     Tankas

1. La campana del templo
suena leve, esta tarde ...
¡Ven ahora y entona los sutras
para estas flores d
e melocotonero
que se abren en mi pelo!

N. Akiko, enamorada y seductora, se burla del joven monje que recita los "sutras" sagrados y le invita a dirigidos hacia ella misma, hacia las flores de melocotonero que adornan su pelo negro, símbolo de la belleza femenina.
Un "sutra" (que en nscrito significa "hilo") es una enseñanza directa de Buda. Los "sutras", recordados y grabados por sus discípulos, se suelen recitar en las ceremonias budisras.



2. Murmullos amorosos
tras la cortina de la noche
constelada de estrellas;
lejos del mundo y de la gente,
me arreglo el pelo desordenado

N. Este poema recoge el momento en que, tras hacer el amor, los amantes saborean en cariñosa charla lo vivido. Ella compara el mundo celestial de la pasión -protegido por la cortina y por la noche estrellada- con el mundo mortal, lejano y ajeno. El pelo desordenado sugiere la batalla amorosa.

3. Nadie ignora que el blanco
dis
tingue a la camelia y al ciruelo,
pero este color
melocotón
que enciende mis mejillas
no habla de pecado ...

N. El color blanco de la camelia y del ciruelo, demasiado puro, contrasta con el color melocotón que enciende las mejillas de la joven enamorada.
E
lla prefiere este color, y rechaza, una vez más, la idea de pecado.



4. Sin disolver el beni
he arrojado a la aronia
los polvos ro
jos
y miro, de reojo, perezosamente,
la
lluvia de la tarde

N. Tanto en la simbología china como en la japonesa, el árbol de la aronia mojado por la lluvia simboliza a una joven llorando. El "bcni" es un pigmento de color rojizo, extrdo de las semillas de una flor (benibana), que se utiliza para pintarse los labios y las mejillas. Desencantada porque su amado no ha venido, la muchacha arroja el pigmento y se ensimisma en su ensoñación.

5. Pregúntale al poema
qui
én se atreve a negar
el rojo de las flores ...
¡oh
, qué conmovedoras
las muchachas pecando en primavera!

N. El color rojo simboliza la pasión, pero alude también a una energía
co
nectada con las fuentes de la vida, con algo sagrado y, en cierro modo,
salvaje e inocente, que desafía la noción de pecado y la moralidad
co
nvencional.

6, Aunque suelto en el agua
mi largo pelo de cinco "shakus",
mis sentimientos de mujer
permanecen secretos,
retenidos ...

N. El largo pelo suelto expresa el sentimiento de la propia feminidad, con una mezcla de narcisismo y de orgullo, matizado por el pudor de la muchacha, celosa de su intimidad. Un "shaku" equivale a 30,3 cm.

7. Cruzando por Cion
hacia el templo de Kyomizu,
bajo cerezos en plenilunio,
¡qué hermosa me parece
la gente que me encuentro esta noche!

N. La palabra saleurazukiyo -cerezos en plenilunio- es un neologismo con
el que Akiko parece sugerir e! concepto estético japonés de setsugekka, la
"
trinidad de belleza" cifrada en la nieve (setm), la luna (getsu) y las flores
(ka). La palabra parece iluminar todo el poema, proyectando su fulgor
sobre la gente anónima que va y viene en la noche.
Gion, un barrio situado al este de Kioto, es famoso por sus casas de
placer y por su parque de Maruyama, con hermosos cerezos. Kyornizu,
ta
mbién al este, es otro barrio, célebre por su Templo de! Agua Pura.

12.Nadie mejor que una mujer
que
ama la belleza
8. Con el cabello suelto,
en la escondida estancia del amor,
un perfume
de lirios ...
¡oh, cómo temo que desvanezca
la roja pincelada de la noche!

N. Las alas del ibis crestado japonés (Nipponia nippon), conocido como tolei, están teñidas de un rojo suave, que matiza también e! corazón de los lirios blancos, insinuando un toque de pasión.
9. Tú, que nunca sentiste
el ardor de la sangre
bajo una piel suave,
¿no te sientes vacío
predicando la Vía?
N. Consciente de su belleza juvenil y de su provocadora sensualidad, Akiko
se extraña -entre asombrada y compasiva- de la indiferencia de! monje que
ha renunciado a los placeres y reprime el deseo natural, antes de haber
conocido sus delicias.

10. Nadie mejor que una mujer
Que ama la belleza
Para crear el Genji
no hecho por un hombre,
no escrito por un monje

N. En este poema Akiko expresa su admiración,
como mujer y como escritora, por Murasaki Shikibu y por su obra
maes
tra, e! Genji Monogatari. Aquí reivindica el talento femenino, frente
a
la apropiación convencional por parte de! hombre o de! monje. En
realidad, fueron las damas de la Corte quienes crearon, en la época Heian,
la literatura japonesa, al ser excluídas de! aprendizaje de la lengua china,
expresión tópica de refinamiento entre la alta sociedad masculina.



El día en que se muevan las montañas
El día en que se muevan las montañas,
el día en que se muevan las montañas, está aquí.
Por mucho que lo diga, la gente no me cree.
Durante mucho tiempo, las montañas estuvieron dormidas.
Hac
e tiempo, bullían, ardiendo en llamaradas.
Aunque hayáis olvidado,
debéis creerme todos:
y todas las mujeres que segan dormidas,
se van a despertar y se van a mover.

N. En 1911, la revista femenina Seito ("Las medias azules"), recién creada
por Raich6 Hiratsuka, publidoce poemas de Akiko Yosano, bajo el
título de Sozorogoto ("Ensoñaciones"). Éste es el primero de ellos y el más
famoso.


 ¡No debes morir!
(Lamento por mi hermano Soshichi,
en el asedio de Port-Arthur)
Joven hermano mío, por ti lloro,
te lo suplico: ¡por favor, no mueras!
Eres el más pequeño, el más mimado,
nuestros padres te aman con locura.
¿Acaso te enseñaron nuestros padres
a manejar un arma o a matar?
En veinticuatro años, ¿te enseñaron
a matar a los otros o a morir?
Tú debes suceder a nuestro padre
y ostentar con orgullo su negocio,
este vi
ejo comercio de Sakai ...
¡Te ruego, hermano mío, que no mueras!

¿Qué te importa que caiga o que no caiga
la
fortaleza de Port Arthur, dime?
¿No sabes que matar no es una norma
de esta casa de nobles comerciantes?

¡Hermano mío, no mueras en combate!
Mamá sobrevivió el último otoño,
l
lorando la tragedia de la muerte
de nuestro padre, y además de hacerse
cargo
de la familia, ha soportado
tu alistamiento. Y aunque todos hablan
de
la paz imperial, lo cierto es
que el pelo de mamá se ha vuelto blanco.
Tras la cortina llora, cabizbaja,
tu esposa joven, frágil .. ¿La olvidaste
o aún te acuerdas de ella? No han pasado
s que diez meses desde vuestra boda ...
¿Cómo se sentirá su corazón?
Ella no tiene a nadie en este mundo.
¿En quien podrá apoyarse sino en ti?
¡Te ruego, hermano mío, que no mueras!

¡Te ruego, hermano mío, que no mueras!
¿Cómo podría nuestro Emperador
entrar personalmente en la batalla?
Él no puede hacer eso, y si fuera
tan verdaderamente compasivo,
¿cómo podría pensar que es un honor
m
atar a otras personas, que hay alguna
di
gnidad en morir como las bestias?


N. En septiembre de 1904, cuando la guerra ruso-japonesa estaba en su
apogeo, Akiko publicó este duro alegato antibelicista en la revista Myójó. Su
herm
ano pequeño, de 24 años, estaba combatiendo, al servicio del Ejército
Imp
erial, en Port-Arthur. Más allá de la angustia personal por el hermano
e
n peligro, Akiko denuncia la irracionalidad y la crueldad de la guerra.


(Traducción y notas de JM Bermejo y Teresa Herrero. Poesía Hiperión, 2007, Akiko Yosano, Poeta de la pasión)

1.                 










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